

Las sillas de coche en cada una de sus variantes (capazo, silla con arnés, alzador o elevador con respaldo) son claves en la protección de los niños cuando viajan en el interior de un vehículo. Según la morfología del niño (estatura y peso), cada sistema permite adaptar las necesidades que, por la envergadura de los niños, garantizan su seguridad en caso de accidente.
Junto a la ley, que en nuestro país obliga a contar con uno de estos dispositivos cuando transportamos bebés, los hechos han demostrado que las sillas infantiles reducen las lesiones provocadas por accidentes de tráfico. Su utilización, y su correcta colocación, son las mejores garantías de protección hacia los más pequeños.
En Puericultura y otras especialidades médicas, las sillas infantiles son consideradas como la mejor protección que podemos ofrecer a nuestros hijos cuando viajan en el coche. Su correcto uso reduce en un 75% las lesiones es caso de siniestro, evitando, entre otras cosas, que impacten contra el resto de ocupantes y elementos del vehículo. Por este motivo, es sumamente importante proteger a nuestros hijos con un sistema de retención infantil hasta que cumplan los 12 años o midan 1,5 metros de estatura y siempre comprobar su perfecta colocación.
Las nuevas investigaciones se centran en analizar las consecuencias de utilizar airbags en combinación con los sistemas de retención infantil. Recordad que es necesario desconectar el airbag delantero del acompañante cuando viajemos con un bebé en sentido inverso a la marcha, y dejar activado el airbag lateral si lo hubiera.
Si queréis conocer algo más sobre el tema en la red hay distintas páginas que incluso cuentan con buscadores avanzados (por peso y talla) de sillas de seguridad para el coche.
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