

Pruebas para valorar las vegetaciones del bebé
Para conocer si nuestro hijo necesita cirugía para tratar sus vegetaciones, su médico le practicará dos pruebas:
Radiografía lateral del cuello: Gracias a la cual se podrá valorar el tamaño de las vegetaciones y si ocupa la vía aérea.
Fibroscopia: El otorrino introducirá una pequeña cánula por las fosas nasales conectada a una cámara. De esta forma se observará el tamaño y cuanto obstruyen la vía respiratoria.
El problema que generan las vegetaciones si son demasiado grandes es que cubren las fosas nasales y provocan otitis y rinofaringitis de forma constante. Las sucesivas infecciones harán que sigan creciendo las vegetaciones y con ello que siga enfermando el pequeño.
Cómo tratar las vegetaciones
El tratamiento de las vegetaciones no siempre requiere la intervención quirúrgica, si no del tipo de:
Antibióticos, necesarios si la infección es aguda, con fiebre y mucha mucosidad nasal.
Lavados con suero fisiológico en la nariz, haciendo presión para arrastrar el moco acumulado.
Descongestionantes y antihistamínicos que sirvan para aliviar los síntomas que derivan de las vegetaciones, aunque no las solucionen.


Operación. La intervención se hace por vía oral con anestesia general y dura como unos 15 minutos. Tras la operación el médico recetará un antibiótico contra posibles infecciones. Los primeros días nuestro pequeño no deberá salir de casa ya que estará bajo de defensas, después podrá hacer una vida completamente normal.
¿Te preocupa que la operación pueda complicarse? Excepcionalmente puede darse una hemorragia, pero no suele ocurrir. Si percibes que tu hijo está sufriéndola, expulsando sangre roja por la boca, tendrás que llevarle de inmediato al médico. No obstante, si expulsa un líquido negruzco de forma aislada no tenemos que preocuparnos, significa que el pequeño ha tragado un poco de sangre, lo cual es normal y no supone peligro alguno.