

Así como existen comidas que fortifican el crecimiento sano del niño mientras está en la panza, existen otras que dañan considerablemente su formación, por lo cual hay que tener mucho cuidado para erradicarlas de la dieta. El primer alimento a olvidar es el hígado, ya que es altamente perjudicial para el feto debido al alto contenido de vitamina A que posee.
Las carnes pueden ser muy importantes para la dieta, siempre y cuando estén bien cocidas. Si te gustan muy jugosas y con poco tiempo de cocción, erradícalas completamente de tu alimentación diaria, ya que distintos parásitos (como el de la toxoplasmosis) pueden contagiarse a través de este tipo de comidas.
Los embutidos también son muy peligrosos para una mujer embarazada, ya que se producen utilizando carne y vísceras crudas. Si has de consumir este tipo de alimentos, asegúrate de cocinarlos bien para exterminar cualquier tipo de bacteria o parásito que se pueda presentar en ellos.
Al igual que en las carnes recién mencionadas, el pescado tampoco debe consumirse crudo. Las mujeres asiduas a consumir platos como sushi, ostras y mariscos tendrán que erradicarlos de la dieta. El pescado solamente puede ingerirse si está muy bien cocido.
En el caso de las bebidas, también existen algunas que pueden generar peligro al crecimiento del bebé. Debe evitarse la ingesta de alcohol (por mínima que sea), de gaseosas y preparaciones con cafeína. Todas estas contribuyen a una mala gestación y pueden ocasionar abortos espontáneos y complicaciones en el desarrollo del feto.