

La decisión debes tomarla por ti misma, con el respaldo de tu pareja, olvidándote de las presiones que pueden ejercer algunos familiares, amigos o la misma sociedad.
También deberás ver cómo puede influenciar la llegada de tu hijo en la relación que tengas con tu pareja. A veces sucede que es la mujer la que quiere y el hombre no, o puede pasar al revés, que el hombre quiera y la mujer no pero termine accediendo por temor a perder a su pareja. Puede suceder también que se encuentras sin pareja y estés evaluando la posibilidad de ser madre, en esos casos no debes olvidar que los niños realmente conllevan mucho trabajo.
Otro punto sobre el que debes pensar es acerca del cuidado del pequeño, deberás pensar en la necesidad de recursos económicos con los que cuentas, así como los planes que tendrás en el futuro.
Un factor que puede traer conflicto con tu pareja es la diferencia de las religiones o las diferencias étnicas. Antes de planificar la llegada de un hijo tendrás que tener claro cómo les afectará al futuro del pequeño y buscar soluciones para que esto no influya en lo más mínimo.
Y, por último, nos referiremos a un punto muy difícil de tratar y, quizás, el más doloroso de todos. Debes ser consciente que algunos niños nacen con problemas de salud o con necesidades especiales, debes plantearte si tienes la fortaleza para poder afrontar un caso así.
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