Al nacer, las criaturas pesan por lo general 3.2 kg., y miden 50 a 53 cm. de talla. Tienen buen color rosado; se retuercen y se mueven cuando se les toca; encogen las piernas, las estiran, cierran el puño, arrugan la cara, y lloran vigorosamente. Maman y duermen. La criatura nace sin hábitos. Los adquiere haciendo la misma cosa vez tras vez. Inmediatamente después del nacimiento, comenzarán a formarse hábitos que si son buenos resultarán útiles toda la vida. La regularidad desde el nacimiento en adelante reviste la mayor importancia. Por virtud del adiestramiento en la regularidad de las comidas, el sueño y la eliminación (evacuación del intestino y la vejiga), la criátura recibirá sus primeras lecciones en la formación del carácter. Debe aprender que el hambre sólo le será satisfecha a tales horas, que cuando se le mete en cama debe quedarse dormida, y que el lloro no dará por resultado que le saquen de la cama o jueguen con ella siempre que así lo desee. Comenzará a aprender que forma parte de un mundo mayor que el de sus propios deseos.
El desarrollo del bebé
3 abril 2009 | Por yolanda
EL primer año de vida es probablemente el más importante, pues ése es el período en que el niño crece con mayor rapidez, y experimenta el notable desarrollo que lo transforma de una cria-turilla inepta en individuo que ríe, juega, se pone de pie y comienza a hablar.
EL primer año de vida es probablemente el más importante, pues ése es el período en que el niño crece con mayor rapidez, y experimenta el notable desarrollo que lo transforma de una cria-turilla inepta en individuo que ríe, juega, se pone de pie y comienza a hablar.