

En la mayoría de las ocasiones, no se trata de un solo factor, sino de la confluencia de varios, que pueden hacer que el nacimiento del bebé se adelante. Desde el blog de bebés, te hablamos de algunos de ellos:
- Antecedentes: si ya has tenido con anterioridad un parto prematuro, las posibilidades de tener otro se duplica. Si los partos prematuros son dos o más con anterioridad, las posibilidades crecen de forma exponencial. Por eso, si entras dentro de este grupo, tu embarazo será considerado de riesgo y tendrás que llevar un control más estricto.
- El estrés no es nada bueno en la vida diaria, y tampoco lo es para las embarazadas: la ansiedad, las preocupaciones y el cansancio activan un recorrido hormonal (hablamos del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal) que influye en el ablandamiento del cuello del útero. La hormona del estrés, el CRH, provoca una situación inflamatoria a nivel útero-placentario, muy parecida a la que producen las infecciones y que puede dar lugar a este tipo de partos.
- La medida del cuello del útero también puede influir, ya que si es inferior a 26 mm entre las semanas 24 y 28, el peligro de parto prematuro se multiplica por seis. Si es más fino, el riesgo es diez veces mayor. Entre las semanas 14 y 24, una ecografía transvaginal indicará la medida, aunque esta práctica se aconseja en el caso de los embarazos de riesgo. El objetivo es determinar lo antes posible la conveniencia de poner un cerclaje cervical, para "cerrar" el cuello del útero.
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