

La hipoacusia es un problema congénito que puede afectar de uno a tres de cada mil pequeños. Existen diferentes motivos que pueden generarla, muchas veces no se llega a determinar la causa específica.
Entre las causas principales encontramos:
- Nacimiento prematuro
- Tuvo que pasar un tiempo dentro de la unidad de cuidados intensivos
- Nación con una alta concentración de bilirrubina
- Recibió medicamentos que causan la hipoacusia
- Existieron complicaciones en el parto
- Existieron infecciones frecuentes en los oídos
- Tuvo meningitis
- Tuvo citomegalovirus
- Estuvo expuesto a fuertes ruidos y sonidos
Mediante una prueba de audición se podrá determinar el grado del problema y así establecer el tratamiento a seguir. Normalmente, esta prueba se hace antes de que el recién nacido reciba el alta hospitalaria, de no ser así será necesario hacerla lo más rápido posible, antes de llegar a las tres semanas de vida.
En el caso de que el resultado no sea positivo no significa que tiene hipoacusia, puede pasar que algunos restos o líquidos estén dificultando la prueba con lo que será necesario volverla a realizar.
En el caso de que los resultados no sean los esperados será necesario repetirla en tres meses y a partir de ese momento comenzar inmediatamente con el tratamiento.
En el caso de que tu hijo no reaccione a los sonidos o no preste atención a tus palabras, consulta con tu pediatra.
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