Muchos niños tienen problemas frecuentes al masticar, lo que repercute en una alimentación insuficiente, retrasada en la edad y con consecuencias biológicas y psicologicas. Además, existe relación entre la falta de tono de la musculatura orofacial, por la falta de movimientos de masticación y el desarrollo del lenguaje.
A todo esto hay que sumar la selección de alimentos que muchos niños tienen, rechazando nuevos sabores y texturas, por lo que se hace más difícil resolver el problema de la negativa a masticar, siendo indispensable aumentar el tipo de alimentos, ya sea en sabor y textura y realizar un aprendizaje correcto de la masticación.
Es importante seguir varios pasos para que el niño pueda realizar una masticación correcta:
– Siempre se debe de cambiar la textura de los alimentos paulatinamente, desde una textura semilíquida a alimentos más densos, con una textura más gruesa, para que se vaya acostumbrando a una transición hacia alimentos sólidos.
– A medida que haya tolerancia a alimentos más densos y con diferente texturas, se deben de introducir nuevos alimentos, para que el niño tenga una alimentación sana y adecuada.
– El proceso requiere paciencia y tiempo y no forzar al pequeño en ningún caso; aunque se debe de insistir en diferentes ocasiones.
– El niño debe de adquirir una postura correcta a la hora de comer, que facilitará una buena deglución.
– Para adquirir tonicidad y que el niño no trague los alimentos enteros, es importante enseñar al niño a imitar los movimientos de masticación fuera del horario de comidas.
– En muchos casos se requerirá ayuda especializada por parte de un terapauta, como sucede a veces con niños más mayores y con problemas de autismo, donde se puede realizar ejercicios para adquirir tono en los músculos y otros para adquirir fuerza en la mandíbula, consiguiendo fortalecer la musculatura y aprender a realizar una buena masticación.
Fuente Imagen: anitapatterson/morguefile
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