

Es primordial que los niños se sienten a la mesa y permanezcan sentados el tiempo que dura la comida, que utilicen los cubiertos y que no anden jugando mientras dura la comida; además no es conveniente que la televisión esté encendida, para que no se distraigan y se aproveche el tiempo de la comida para establecer una adecuada comunicación familiar.
Hay que resaltar que para aplicar todas estas normas, se debe de ser paciente y constante, para poder conseguir los objetivos deseados. Cuando comiences a sentar al niño a la mesa los primeros días, deberás explicarle firmemente que deberá de comer lo mismo que el resto de la familia; la alimentación debe de ser sana, variada y con aporte de todos los nutrientes, para conseguir una dieta equilibrada.
No conviertas la hora de la comida en una guerra, no discutas, ni le reproches que no ha comido, quítale el plato sin decir nada y ofrécele una fruta; la idea es que llegue con hambre a la siguiente comida. Cuando sea la hora de la próxima comida, se repite el mismo proceso; comerá lo mismo que todo el mundo, a no ser que sean bebés más pequeños que necesiten otro tipo de alimentos o que el niño sea alérgico a ciertos alimentos.
No le reproches nada referente a la comida anterior y repite lo mismo que antes, si no come retira su plato, pero no le des otro tipo de comida; debe de aprender unas normas cívicas y una manera adecuada y sana de comer, no le ofrezcas chucherías ni comida chatarra, llegará un momento en el día que no le quedará más remedio que comer, al ver que no cedes.
Fuente Imagen: juanita.laguna/flickr