

Ventajas
El tener una mascota supone enseñar al niño a ser responsable y hacerle implicarse en las tareas y cuidado; a partir de los 10 o 12 años el niño puede cuidar a la mascota con cierta autonomía.
Tener una mascota contribuye a aumentar la autoconfianza y la autoestima del niño, ayudan a desrrollar la comunicación no verbal y adquieren una actitud más responsable y compasiva, ya que consiguen habilidades para el cuidado de las personas.
Las mascotas pueden ofrecer al niño conocimientos sobre la vida de los animales, a la vez que enseñan a respetar a otros seres vivos y a no maltratarlos. Ayudan a estimular la actividad física con sus paseos y juegos y potenciar sentimientos de lealtad, afecto, cariño y compañerismo.
Inconvenientes
Las mascotas también tienen inconvenientes que debes de conocer, para tratar de evitarlos y ponerles remedio.
Es importante que las mascota estén correctamente revisada por el veterinario y con las pertinentes vacunaciones en regla, para evitar las enfermedades del animal y el posible contagio a los niños.
Cada tres meses deben de estar correctamente desparasitados, tanto por vía interna para evitar la posible aparición del quiste hidatídico, que es transmisible a los humanos, como por vía externa, para evitar pulgas y garrapatas.
Es importante supervisar en todo momento al niño, cuando se encuentra con la mascota, para prevenir posibles mordeduras o arañazos, yaq ue el niño no es consciente de lo que hace, puede dañar a la mascota y ésta puede lógicamente defenderse y morder al niño. Otro problema que se puede presentar es la alergia al pelo de los animales.
La mayoría de los inconvenientes se pueden remediar, mediante una educación responsable, tanto al niño como a la mascota, una buena higiene veterinaria y una vigilancia por parte de los padres ante ciertas situaciones. Lo que no debes de hacer nunca es abandonar a la mascota por la llegada de un bebé; ambos pueden convivir en armonia bajo unas correctas normas.
Fuente Imagen: Thinkstock